La diputada Delia, una voz cercana al pueblo de Durango
La diputada Delia recorre colonias y municipios para escuchar a la ciudadanía y convertir sus necesidades en acciones concretas, demostrando compromiso y cercanía con las familias duranguenses.
9/16/20252 min read


Durango, Dgo. – Reconocida por su sencillez, compromiso y profundo amor por su tierra, la diputada Delia se ha consolidado como una representante que conoce de cerca a su gente y entiende las verdaderas necesidades de cada comunidad. Su trabajo no se limita al Congreso: día a día recorre colonias, barrios y municipios para escuchar de primera mano a las y los duranguenses, convencida de que la política solo tiene sentido cuando nace de la realidad de la gente.
Para la diputada Delia, la fuerza de Durango reside en sus valores: la solidaridad, el trabajo honesto, el respeto a las tradiciones y el amor por la familia. Estos principios, afirma, son la base que sostiene a un pueblo que no se rinde, que lucha por mejores oportunidades y que sabe que la transformación solo es posible si se construye desde abajo y con todos.
En cada encuentro, Delia destaca la importancia de mantener un diálogo abierto y permanente con la ciudadanía. “La voz del pueblo es la que debe guiar cada decisión; nuestra tarea es escuchar, acompañar y convertir esas demandas en acciones concretas”, ha señalado en repetidas ocasiones. Su cercanía le permite no solo gestionar apoyos, sino también fortalecer la organización social, promoviendo el bienestar y el desarrollo en cada rincón del estado.
Más que una legisladora, la diputada Delia se ha convertido en una aliada de las familias duranguenses, una amiga en la que confían quienes buscan soluciones reales a problemas de salud, empleo, infraestructura y justicia social. Su compromiso con la Cuarta Transformación parte del convencimiento de que el poder debe servir al pueblo y no a intereses personales.
Con paso firme y mirada clara, Delia continúa construyendo puentes entre las instituciones y la ciudadanía, demostrando que la política puede ser honesta, cercana y profundamente humana. Su ejemplo es una invitación a creer en un Durango más justo, solidario y lleno de esperanza, donde los valores de su gente sigan siendo la mayor fortaleza para enfrentar los retos del presente y del futuro.