El mundo necesita sembrar la cultura de paz: Juan Manuel Santos, expresidente de Colombia
Juan Manuel Santos cita en todo momento a Nelson Mandela, uno de sus personajes favoritos, cuando quiere hablar de paz, diálogo y reconciliación
9/13/20254 min read


Juan Manuel Santos, expresidente de Colombia y quien recibió el Premio Nobel de la Paz en 2016, reconoció el esfuerzo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para organizar la Semana Nacional de Cultura de Paz.
En la Máxima Casa de Estudios, el exmandatario ofreció una conferencia ante estudiantes e integrantes de la comunidad universitaria y aseguró que el mundo necesita sembrar este mensaje en todos los estamentos, pero especialmente en los jóvenes.
Aquí la conversación que sostuvo el Santos con Gaceta UNAM.
¿Cómo puede visibilizarse desde las universidades que es más productivo sentarse a negociar, sembrar la paz? ¿Cómo podemos decirles a los jóvenes que sí hay esperanza?
Juan Manuel Santos: Me gusta citar mucho al personaje Nelson Mandela, quien influyó mucho en mi vida. Él tenía dos frases: la primera es que el arma más poderosa que existe es sentarse a dialogar, pero un diálogo que sea constructivo. ¿Qué quiere decir esto? Un diálogo en el que uno se sienta con un contrario, con alguien con quien no concuerda o tiene diferencias. No a imponer su punto de vista, sino a aprender por qué el otro piensa diferente. Ver si descubren un común denominador.
Si yo pienso blanco y el otro piensa negro y solamente nos aferramos a que es así, nunca va a haber un acuerdo. Pero de pronto los dos nos podemos poner de acuerdo en que nos gusta el gris, combinando el blanco y el negro. Ese tipo de diálogo en las universidades hay que fomentarlo, ejercicios de personas que piensan completamente distinto, a ver si encuentran comunes denominadores.
La segunda frase de Mandela para estimular el optimismo y fe en el futuro: todo es imposible hasta que se hace. En el caso de Colombia, en el caso mío, todo mundo me dijo: No se meta a ese proceso de paz, porque todos sus antecesores han fracasado, además usted tiene una popularidad. Yo era un héroe de guerra, salí del Ministerio de Defensa, y todos me dijeron que no me metiera.
Pero ese era mi objetivo y muchas veces se tiene que hacer lo impopular, lo correcto, porque a la larga lo correcto surgirá con mucha más fuerza. La popularidad es pasajera, las consecuencias de ciertas direcciones perduran.
¿Al sentarse con personas que diferían de sus valores nunca dudó en el proceso de negociación?
Juan Manuel Santos: Cuando yo me sentaba con los comandantes de las FARC comencé a entender qué querían, por qué estaban en la lucha, cuáles errores cometimos nosotros que los habían llevado a esa situación. Diversas ocasiones descubrí que tenían razón en muchas cosas que hacían y ahí empezamos a encontrar esos comunes denominadores.
El diálogo, aprender del otro, tener la mente abierta es muy importante no solamente para lograr la paz, sino para la vida en general. Eso hace falta hoy en el mundo. Por eso me parece tan relevante lo que está haciendo la Universidad Nacional Autónoma de México -una de las más importantes de América Latina–, la Semana Nacional de Cultura de Paz. El mundo necesita sembrar esa cultura de paz en todos los estamentos, pero sobre todo en los jóvenes.
¿Quién lo asesoró en el proceso de negociación de paz con las FARC?
Juan Manuel Santos: Escogí asesores que tuvieran experiencia en negociaciones de paz. Por ejemplo, uno de ellos fue un exministro de Relaciones Exteriores de Israel, Shlomo Ben Ami, que fue el arquitecto de los acuerdos de Camp David; otro fue un comandante guerrillero de El Salvador, Joaquín Villalobos; el negociador principal y jefe de gabinete del Primer Ministro británico, quien estuvo en el acuerdo de Irlanda del Norte; y un profesor maravilloso de negociación. Esos fueron mis asesores también.
Uno tiene que utilizar, eso es muy importante, la inteligencia colectiva. Creer que uno tiene la razón, que se las sabe todas, es una gran equivocación.
Respecto a la justicia restaurativa a la que se refirió en su conferencia de la Semana Nacional de Cultura de Paz, cómo se le puede explicar a la gente su importancia. Desean venganza, no diálogo.
Juan Manuel Santos: Fue muy difícil y sigue siendo muy difícil. Por ejemplo, van a salir las sanciones (después de 9 años de las negociaciones) contra los máximos responsables de los crímenes de lesa humanidad y de guerra de los comandantes de las FARC. Esas sanciones están establecidas en el acuerdo, no van a la cárcel, van a hacer trabajos restaurativos para las víctimas y no pueden ser superiores a 8 años. Simultáneamente a un expresidente de Colombia lo condenaron a 12 años de cárcel, entonces la gente dice: Pero cómo es posible esto. Explicar eso es muy difícil; sin embargo, hay que explicarlo, porque sin esa justicia restaurativa estos 14 mil guerrilleros estarían todavía en armas generando muchísima violencia.
¿Por qué la polarización permea más fácil y en un mayor número de personas que el de la paz y concordia?
Juan Manuel Santos: Yo fui periodista muchos años. Llevo el periodismo en la sangre. Recuerdo que cuando en el periódico no veía muchas noticias le decíamos a los redactores, de lo que llamábamos la página roja, tráiganme una noticia para primera página porque es lo que más atrae la atención, las noticias negativas, los desastres. Si se cae un avión es una noticia, pero que 50 mil aviones no se cayeron no lo es. La noticia negativa y las emociones negativas son más atractivas y con las redes sociales se ha acrecentado porque sus utilidades dependen de cuánta gente las ve, y las redes sociales se dedican a tener más adeptos, más usuarios, un círculo vicioso que ha aumentado la polarización. Desafortunadamente eso es una realidad. La gran pregunta es cómo reversamos eso para que la palabra moderación se vuelva nuevamente atractiva. Yo veo que muchos países de muchas sociedades están hastiados de tanta pelea, de tanto odio, de tanta violencia verbal y están añorando algo que se necesita. Espero que esa ley del péndulo se aplique en el mundo entero porque la necesitamos.