Delia, la voz joven con fuerza y convicción que transforma el Congreso de Durango

Delia Enriquez sacude el Congreso de Durango con propuestas valientes y voz firme. Joven, crítica y comprometida, la diputada Delia ha marcado un antes y un después en el Congreso local, con leyes que combaten la violencia y defienden derechos olvidados.

7/20/20252 min read

Durango, julio de 2025 — En un Congreso donde durante años han prevalecido las inercias y los discursos vacíos, la diputada Delia se ha consolidado como una de las figuras más críticas, valientes y comprometidas de la actual Legislatura. Su juventud, lejos de ser una barrera, ha sido una ventaja: ha traído consigo una nueva manera de hacer política, una que escucha, entiende y actúa desde el corazón del pueblo.

Pese a su corta edad, Delia ha logrado posicionarse como una legisladora con más trayectoria política real que muchos de quienes han ocupado cargos públicos durante décadas sin lograr conectar con las causas de la ciudadanía. Desde su curul, ha defendido sin titubeos los derechos de las mujeres, de las infancias, de las juventudes y de las comunidades históricamente discriminadas.

Entre sus iniciativas más destacadas se encuentran la reforma a la Ley de Educación del Estado para garantizar una educación libre de violencias machistas y discriminación por orientación sexual o identidad de género; su impulso decidido a la Ley de Desaparición de Personas para Durango, una respuesta urgente y humana ante una de las crisis más dolorosas en el estado; así como la Ley de Declaración Especial de Ausencia, que busca proteger los derechos de las familias de personas desaparecidas.

Pero más allá de las leyes, Delia ha sido la voz que incomoda a quienes se niegan a cambiar. Su discurso ha sido claro: nadie las va a callar. Ha defendido el arte drag como forma de resistencia política, ha denunciado la violencia institucional y ha hecho del Congreso un espacio para causas que antes eran ignoradas o silenciadas.

Durango la reconoce como una mujer fuerte, entrona, capaz y profundamente comprometida con su gente. Cada compromiso que ha asumido ha surgido de una necesidad real de la ciudadanía, y cada palabra empeñada ha sido respaldada por acciones concretas. Delia no solo ha servido al pueblo: le ha cumplido, con convicción, con dignidad y con resultados.

Hoy, es imposible hablar de los avances progresistas en el Congreso sin nombrarla. Delia representa a una generación que no está dispuesta a esperar su turno, que no calla frente a las injusticias, y que asume la política como una herramienta para transformar la vida de quienes más lo necesitan.